“Siempre hay una mejor forma de hacerlo, encuéntrala.”
Thomas A. Edison
A pesar de que con el paso de los años las herramientas quirúrgicas han alcanzado niveles inusitados en aspectos de precisión y de control de procesos, hasta hoy en día, el mundo de la cirugía se enfrenta a un problema mayor: la falta de estandarización en los procedimientos.
Este problema se debe en buena medida al arraigo a prácticas locales quirúrgicas que son transmitidas de cirujano en cirujano durante la especialización médica. Esto conlleva a que varios tipos de intervención quirúrgica sean empleados de formas que no son las óptimas y que, además, imponen una resistencia a procedimientos en los que está comprobado empíricamente que la variabilidad de resultados es mínima.
No debemos de subestimar esta circunstancia. El hecho de que todos los pasos de una operación se lleven a cabo con un rigor secuencial no sólo es determinante para el éxito de la cirugía dentro del quirófano, sino que también influye en la recuperación óptima de los pacientes.
Estandarizar los mejores procesos
Otro aspecto que tampoco podemos pasar por alto es que mientras impere la variabilidad en el mundo de la cirugía, más obstáculos se elevan en contra del perfeccionamiento de todo tipo de intervención. Mientras más diferencias hay entre el procedimiento quirúrgico de un paciente A frente al de un paciente B, nos es más difícil hallar cuáles fueron las acciones decisivas que determinaron el éxito o el fracaso de cada uno de ellos.
Esto, además, impide la posibilidad de comparar los beneficios y las desventajas entre distintos tipos de intervención en torno a un solo procedimiento. Estudios recientes, como el publicado por Stark et al. en la revista especializada Clinics in Surgery, sostienen que la estandarización quirúrgica es vital para que los análisis comparativos de resultados de distintas cirugías sean pertinentes. Si las cirugías son realizadas de manera secuencial y con mayor atención a un protocolo de quirófano, el respaldo científico de ciertos procedimientos sobre otros se hará evidente.
No debemos de pasar por alto que de esta forma se podrían visibilizar las ventajas de los procedimientos de mínima invasión y ahorrarle muchas horas de sufrimiento a miles de pacientes. Esto sería esencialmente relevante, por ejemplo, para los pacientes con indicación de cirugía con cáncer rectal, puesto que podría arrojar evidencia definitiva sobre las ventajas de la laparoscopía sobre la cirugía abierta. Además, también sería fundamental para mostrar los beneficios de este tipo de cirugía segura por encima de la funduplicatura de Nissen para los niños que necesiten tratamiento para enfermedad reflujo gastroesofágico.
Protocolos seguros
El problema de la falta de estandarización de procedimientos no solo merma la posibilidad de mejorar nuestro conocimiento quirúrgico. Esto puede elevarse al caso de que haya un alto índice de variabilidad en operaciones de alta popularidad, y por lo mismo, que varios sectores de la población demanden una cirugía en específico sin conocer en realidad los pormenores del procedimiento. Uno de los procedimientos quirúrgicos realizados a mayor escala mundial —la cesárea— es un ejemplo claro de la falta de rigor metodológico en los hospitales del mundo, puesto que no existe un lineamiento estándar para esta cirugía. Es inminente establecer —y, sobre todo, seguir— protocolos firmes y estandarizados que respeten los métodos con mayor relevancia científica y que dejemos a un lado el hábito de operar de acuerdo a prácticas tradicionales. Ante todo, debemos de promover una cultura de seguridad. Es parte de nuestro deber como médicos.
Los resultados del estudio de Stark et al. son claros. Es momento de que todas las intervenciones quirúrgicas se acoten a estándares respaldados en evidencia científica y que esto se vuelva una práctica mundial. El seguimiento adecuado de cada paso quirúrgico es determinante en la recuperación óptima de nuestros pacientes tanto a corto como a largo plazo. Estamos en el momento de promover la cultura de la cirugía segura a toda costa. No nos apeguemos a tradiciones infundadas y ajustemos nuestros tratamientos a lo que la ciencia nos dice.
The Surgery Hub tiene como objetivo ser parte instrumental en la promoción de la CULTURA DE CIRUGÍA SEGURA, para así lograr mejorar los resultados quirúrgicos de nuestros pacientes.