Existen grandes ventajas que los cirujanos podemos encontrar en la cirugía de mínima invasión. Desde hace varios años, el uso de técnicas seguras en el quirófano ha ido en ascenso a nivel mundial y, de hecho, de acuerdo con estudios llevados a cabo por Medtronic y Johnson & Johnson, así como otras empresas destacadas del sector salud, los números de estas cirugías incrementaran en un 10% anual hasta 2024.

Sin embargo, el uso de estas alternativas quirúrgicas aún no puede considerarse la norma en el contexto mexicano, donde cerca del 70% de los procedimientos quirúrgicos se llevan a cabo a partir de la cirugía tradicional abierta.

En el contexto latinoamericano, esto representa un rezago significativo para México. De acuerdo con Edmundo y Carlos Dediós, en América Latina cerca del 60% de los procedimientos quirúrgicos se llevan a cabo utilizando procesos de mínima invasión, aunque, por supuesto, aún queda un gran camino por recorrer en la estandarización de las cirugías a través de todo el continente.

La cirugía de mínima invasión cuenta con amplias ventajas en contra de la cirugía tradicional abierta para diversos procedimientos, lo cual está respaldado por vastas publicaciones científicas. Independientemente de la especialidad que ejerzamos, las ventajas que tiene los procedimientos de cirugía segura son muy abrumadoras a las de su contraparte, desde el campo de la ortopedia hasta la gastroenterología.
Según estudios de la Universidad de Washington, por ejemplo, los procedimientos laparoscópicos en la cirugía de fusión lumbar tienen mucho mejores resultados que los de las operaciones abiertas. Un dato de suma relevancia de este estudio es que el proceso de recuperación de los pacientes sujetos a laparoscopía fue siete veces menor al de aquellos que pasaron por un procedimiento de cirugía tradicional abierta. Además de esto, el dolor de los pacientes y sus impedimentos motrices se reducen drásticamente después del procedimiento, lo cual permite que los pacientes regresen a sus vidas cotidianas en cuestión de días.

Otra intervención en la que se puede mirar con claridad las ventajas de la cirugía de mínima invasión por encima de las de la cirugía abierta es en la colecistectomía. Desde 2013 un estudio de doctores del ISSSTE enfocado en la comparación de la colecistectomía de urgencia ejecutada vía cirugía abierta y laparoscopía confirmó esto.

Entre los datos obtenidos, se mostró que los pacientes de procesos de mínima invasión reportaron sufrir tres veces menos dolor postquirúrgico que aquellos que fueron sujetos al proceso por cirugía abierta al cabo de 24 horas del procedimiento. La diferencia en los tiempos de estancia hospitalaria también fue significativa, puesto que aquellos pacientes que fueron sujetos a procedimientos abiertos tuvieron que estar en promedio por lo menos un 30% más del tiempo que aquellos que fueron tratados por cirugía de mínima invasión.

Otro factor evaluado fue el índice de satisfacción de los pacientes en cuanto a la marca quirúrgica. Por un lado, de los pacientes operados por cirugía abierta cerca del 28% de los pacientes dijo no estar satisfecho con el resultado estético de la operación. No hubo ningún caso de los pacientes operados mediante laparoscopía que declarara esto.

Otro caso que muestra los grandes beneficios de la cirugía por encima de la cirugía tradicional abierta es el de la apendicectomía. De acuerdo con estudios llevados a cabo por el Colorectal Group, cuando esta intervención se hace a través de procedimientos de mínima invasión —así en niños como en adultos— el riesgo de la infección de la herida se reduce considerablemente, al igual que los tiempos de estancia hospitalaria.

Asimismo, el retorno a las actividades de la vida diaria fue por lo menos cinco días más rápido en los pacientes tratados con laparoscopía sobre aquellos que pasaron por procedimientos abiertos.

Los datos son claros: la cirugía de mínima invasión tiene muchos más beneficios para el paciente que la cirugía tradicional abierta. El servicio que ofrecemos como cirujanos debe de centrarse en ellos, y por lo mismo, ahora estamos ante la responsabilidad de aprender las técnicas quirúrgicas que se sabe por consenso científico que son las más efectivas. Mejoremos nuestras intervenciones: la cirugía segura va en crecimiento y nuestros pacientes lo agradecen.