No cabe duda de que a través de todos los sectores laborales, el medio de la medicina ha sido el más transformado a causa de la crisis del coronavirus. Los motivos son muy claros, puesto que además de que contamos con la responsabilidad de servir como la línea de frente en contra de la pandemia, también debemos de adaptar nuestros métodos de trabajo para mitigar este fenómeno que vino a alterar los límites de todas las profesiones.
Dentro del sector médico, se ha vislumbrado que no podemos seguir nuestra práctica de una manera exclusivamente presencial. Muchos doctores han decidido adoptar estrategias que aprovechen los medios digitales para ofrecer servicios a los pacientes que no pueden arriesgarse a una exposición por coronavirus y, afortunadamente, hemos descubierto que existe una gran gama de posibilidades y beneficios en la práctica de la medicina a distancia.
Muchos de estos cambios son positivos y vienen para quedarse. La pandemia podrá alejarnos físicamente de nuestros pacientes, pero la telemedicina nos permite procurar su salud dentro de esta nueva normalidad.
Asesoría a distancia
Una de las ventajas que podemos encontrar en la práctica de la telemedicina es la de brindar un servicio personalizado de atención a nuestros pacientes mediante asesorías a distancia y el monitoreo constante de su estado de salud. Por supuesto, dependiendo de cada especialidad, existen distintos tipos de herramientas digitales a través de las que podemos asegurarnos tener todos los datos relevantes para hacer diagnósticos, y además, también hay varios programas y aplicaciones móviles de fácil uso a partir de los cuáles los pacientes pueden actualizar el estatus con información de primera mano sobre su progreso.
Teleenseñanza y telesimulación
En este nuevo statu quo se ha vuelto claro también que las herramientas digitales también deben de incorporarse a las formas en las que se lleva a cabo la enseñanza de la medicina. Esto es de particular importancia para los médicos residentes, pues a causa de la presente crisis, la formación de muchos de ellos se ha visto mermada por no poder presenciar cirugías in situ debido a los protocolos de distanciamiento. A causa de esto, la telesimulación ha tomado mucha fuerza durante el escenario actual y se ha alzado como una opción invaluable para que muchos médicos puedan proseguir con el ritmo de su proceso de especialización. Esta tendencia, además, nos provee de dos grandes ventajas: la primera de ellas es que los residentes puedan desarrollar el conocimiento teórico y las destrezas esenciales para ejecutar determinados procesos quirúrgicos eliminando toda la posibilidad de riesgo viral, y la segunda es que este tipo de facilidades pedagógicas permite que los cirujanos tengan una formación óptima y estandarizada sin la necesidad de intervenir sobre el cuerpo de un paciente.
Oportunidades
No cabe duda de que ya estamos viendo los albores de una nueva normalidad suscitada por la pandemia. Sin embargo, este momento puede representar un nicho de oportunidad para que reformemos nuestra práctica médica hacia un horizonte donde impere la cultura de la salud. Adoptemos las transformaciones positivas que nos permite la tecnología y procuremos el bienestar de nuestros pacientes con todos los medios posibles. Trascendamos las distancias que nos impone el virus a través de la educación y la práctica telemédica.